Esta es la historia de Diva. Ella es un recuerdo de un bautizó. Nadie pensaría que en los bautizos dan esta clase muñecos. Si se trata de una buena fiesta -de bautizo- a lo mucho te llevas a la casa un monigote de plástico que al parecer puede tener una vida independiente y responsable hasta que, mientras haces limpieza, te lo encuentras en uno de esos jarrones de plantas de plástico, en el cenicero que nunca utilizas o bien, dentro de cualquier recipiente inútil del que simplemente no te deshaces por apego emocional. Diva es distinta. Comenzando por el hecho de que yo no fui a esa fiesta. Venía pegada a una especie de cajita de madera que contenía dulces. Diva mantiene la marca de silicona en sus manos y las esconde por vergüenza con cierto dramatismo. Ya lleva algunos años conmigo, ¿cuántos? el tiempo de peluche no lo cuento. El caso es que hoy mientras hacía limpieza me la encontré junto con otros "compas"
Esta es la historia de Diva. Ella es un recuerdo de un bautizó. Nadie pensaría que en los bautizos dan esta clase muñecos. Si se trata de una buena fiesta -de bautizo- a lo mucho te llevas a la casa un monigote de plástico que al parecer puede tener una vida independiente y responsable hasta que, mientras haces limpieza, te lo encuentras en uno de esos jarrones de plantas de plástico, en el cenicero que nunca utilizas o bien, dentro de cualquier recipiente inútil del que simplemente no te deshaces por apego emocional. Diva es distinta. Comenzando por el hecho de que yo no fui a esa fiesta. Venía pegada a una especie de cajita de madera que contenía dulces. Diva mantiene la marca de silicona en sus manos y las esconde por vergüenza con cierto dramatismo. Ya lleva algunos años conmigo, ¿cuántos? el tiempo de peluche no lo cuento. El caso es que hoy mientras hacía limpieza me la encontré junto con otros "compas"
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